Seguramente alguna vez te has preguntado ¿qué es un café de especialidad, qué lo hace diferente al comercial, por qué a veces resulta tener un costo más elevado y por qué ese no lo encuentras en un supermercado? Bueno, aquí te platico un poco.
El café de especialidad se produce de manera sostenible, es decir, utilizando recursos renovables propios de cada región y contaminando lo menos posible.
Se identifica con la sostenibilidad, la trazabilidad y los negocios locales. Es por ello que cada café es auténtico y lleva una historia detrás. Nos cuenta su origen, de dónde viene y quién lo cosechó.
Todo comienza con una fruta, pero no de cualquier lado o cualquier árbol, es delicada y selectiva.
El café de especialidad va más allá del sabor, tiene historia que despierta emociones. Cada taza es una invitación a descubrir nuevos matices. Es una pasión que une.
Se distingue por su aroma, sabor, personalidad, carácter distintivo y ausencia de defectos.
Es un café que cuida hasta el último detalle en todo el proceso, incluso hasta el que lo lleva a una taza, porque de nada sirve un café de especialidad bien tostado si después no se muele adecuadamente para la cafetera que se va a utilizar.
Para que un café sea considerado de especialidad por un catador, requiere mucho trabajo y conocimiento por parte del agricultor que lo cultiva.
El origen importa, la variedad del café es relevante, y la zona de cultivo también es importante.
Se mide y califica el aroma, el sabor, la acidez, el cuerpo, el after taste, la uniformidad, el balance, la dulzura, entre otros aspectos.
Hay un gran capital humano que aporta su trabajo para que el café de especialidad logre su principal característica: la ausencia de defectos.
Todo el proceso, desde la siembra hasta su recolección y almacenaje, implica una elevada mano de obra y mucho conocimiento.
Los granos de café verde deben de ser seleccionados a mano y recogidos siempre en el punto exacto de maduración que nos garantice un gran café.
Otro elemento fundamental para considerar un grano de café como café de especialidad estaría en la separación de todos los granos con defectos visibles que quedarían para los cafés industriales y comerciales.
Pero no basta con producir solo granos de calidad, en el camino hasta tu taza debe de ser bien tratado y bien tostado.
Tostar café puede parecer fácil, pero nada más lejos de la realidad, poner unos cuantos kilos de café en una máquina lo puede hacer cualquiera, pero tostar bien un café implica una gran responsabilidad ya que el tostador debe de sacar todos los aromas y características de ese café sin pasarse ni quedarse corto.
Hacer bien esta labor requiere años de aprendizaje y por qué no decirlo, cierta intuición.
Es nuestra responsabilidad como consumidores que amamos el café, aprender a apreciar el trabajo de todos los que han participado en la creación de esa bebida que estamos a punto de tomar.
El café de especialidad te ofrece una filosofía de trato con el café respetuoso, desde el caficultor, pasando por el maestro tostador, la destreza del barista, y tu esfuerzo por conocer todo el trabajo y el amor al café que ha sido necesario para que una taza de buen café llegue a tus manos para ser disfrutada y saboreada.
El “Café de especialidad” es más que un movimiento y un producto, es casi una filosofía.
El café de especialidad te atrapa. Es por eso que una vez que lo pruebas no hay vuelta atrás… jamás volverás al café comercial.
Ahora que ya sabes que es el café de especialidad y como se logra … Te invitamos a que pruebes los cafés de especialidad que tenemos en nuestra web y compruebes porque ya no querrás tomar nunca más café comercial.
¿Por qué vamos a tomar un mal café si se puede disfrutar un buen café?
